Historia del microondas
El microondas y la barrita de chocolate derretida
Hablando con un compañero de trabajo de las innovaciones en la industria alimentaria para el hogar y de los avances de las tecnologías disponibles, ya sean para cocinar, como para lavar la ropa o la higiene personal. Surgió el tema del microondas y de su invención, me pareció interesante así que he ampliado información y aquí os traigo un post sobre este tema que espero que os guste.
El microondas
El horno de microondas es un electrodoméstico que a día de hoy es empleado en prácticamente la totalidad de hogares y negocios de restauración para cocinar o calentar alimentos o bedidas que para su funcionamiento genera ondas electromagnéticas en la frecuencia de la radiación en torno a los 2450 MHz (2.45×109 Hz).
El primer microondas salió al mercado en 1947 por un precio alrededor de los 5.000 dólares con unas medidas similares a las de un frigorífico actual 1,60 m de altura y un peso aproximado de 80 Kg.
Historia del microondas
Al igual que otros inventos, el horno microondas surge de la buena fortuna de que le ocurriera un hecho fortuito a una persona con la capacidad y el talento suficiente como para entender lo que estaba pasando, y conseguir desarrollar una aplicación práctica a través de dicho fenómeno.
La persona a la que nos referimos es al doctor Percy Spencer, ingeniero de la Raytheon Corporation, que en 1945 estaba probando un tubo al vacío conocido como magnetrón, estando realizando dichos ensayos, Percy llevaba una barrita de chocolate en el bolsillo que se derritió. Eso le hizo pensar que aquello pudo haber ocurrido debido a las ondas emitidas por el magnetrón, el doctor Spencer comenzó a realizar algunas pruebas. Primero colocó semillas de maíz cerca del tubo para ver si era capaz de hacer palomitas con las ondas emitidas por el magnetrón, el maíz se coció y se hinchó. Posteriormente colocó un huevo cerca del tubo que terminó explotando por el aumento de la temperatura y la presión en el interior del huevo. Dichos experimentos continuaron con otros alimentos con resultados satisfactorios.
Cuando una vez tuvo claro el doctor Spencer que con las ondas emitidas por el magnetrón podía calentar y cocinar alimentos, procedió a fabricar un prototipo, diseñando una caja metálica que confinaba la radiación de microondas con una abertura por la que podría penetrar la radiación del magnetrón. . . Al disponer de paredes metálicas, la energía del campo electromagnético no se difundía, sino que se concentraba en su interior. Dentro de la caja metálica cuando se introducía un alimento, su temperatura aumentaba. La Raytheon Company dedicó un grupo de ingenieros a perfeccionar y mejorar el prototipo del doctor Spencer, llegando a finales de 1946 a solicitar una patente para utilizar las microondas en la preparación de alimentos.
El primer microondas de pruebas antes de su comercialización, fue instalado en un restaurante de Boston. Finalmente en 1947 salió al mercado el primer horno microondas, como hemos comentado al principio del artículo, estas primeras unidades tenían unas dimensiones muy aparatosas 1,60m y 80 kg de peso y un precio de 5.000 dólares, lo que hizo que no fuera fácil su Introducción al gran público. Además el magnetrón era refrigerado por agua, por lo que hacía falta disponer de un circuito especial.
El gran salto pudo darse cuando se desarrolló un nuevo magnetrón refrigerado por aire, permitiendo desarrollar microondas más económicos y de unas medidas más razonables. Fue en este punto donde los negocios de comida rápida comenzaron a intrudocirlos en sus cocinas, la industria alimentaria descubrió su potencial para diferentes usos, descogenlar comidas, deshidratar verduras, pasteurizar leche, etc. Otras industrias también los emplearon como por ejemplo para el secado del corcho, tabaco, papel, etc.
A nivel doméstico comenzó a emplearse en los años setenta, cuando se desvanecieron los miedos respecto a su uso en Estados Unidos (nadie se quedó ciego, ni se envenenaban por sus radiaciones… todos esos mitos iban quedando atrás). En 1971 menos del 1 % de las familias estadounidenses de microondas, en 1978 se alcanzaron la cifra del 13 %, llegando al 25 % en 1986.
El microondas continuó evolucionando incorporando sensores, temporizadores y resistencias eléctricas para gratinar. Convirtiéndose a día de hoy en un electrodoméstico habitual en todas las viviendas.